vivir en un mundo en el que la razón,
no está al final de una escopeta.
En el que la inferior es el arma,
y en el que gobierna el alma.
Vivo en un mundo en el que la mujer,
se hace escuchar,
y en el que no existe la palabra disparar.
En el que la libertad no se obtiene al saltar,
y en el que no existe la crueldad.
Sin embargo, y muy a mi pesar,
mi mundo ideal,
hoy por hoy no es real.

Gracias, Cristina, por enviarnos este poema tan sensible y solidario con los derechos humanos.
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